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Cómo la succión del dedo puede afectar la salud bucal de los niños

El hábito de chuparse el dedo: un reflejo natural que puede dejar huella en la sonrisa

Desde que están en el vientre materno, muchos bebés ya chupan su dedo. Es un reflejo innato que les da seguridad y calma, especialmente ante el estrés o el sueño.
Sin embargo, cuando este hábito se mantiene más allá de los primeros años, puede transformarse en algo más que una simple costumbre: puede afectar el desarrollo dental y facial del niño.

El desafío no está en que los pequeños lo hagan, sino en cuándo y por cuánto tiempo lo siguen haciendo.

¿Hasta qué edad es normal que un niño se chupe el dedo?

Según la Sociedad Británica de Ortodoncia, si el hábito desaparece antes de los siete años, el crecimiento natural puede corregir por sí solo los posibles cambios en los dientes.
Pero cuando la succión del dedo se mantiene más allá de esa edad, los efectos pueden ser duraderos.

Uno de cada ocho niños entre 7 y 11 años conserva este hábito, y en estos casos, la posición de los dientes permanentes puede verse alterada de forma irreversible. La mordida puede abrirse, el paladar puede deformarse y el niño puede desarrollar problemas al masticar o hablar.

Por eso, los especialistas en ortodoncia recomiendan detener la succión del dedo lo antes posible, idealmente antes de la erupción de los dientes permanentes.

Consecuencias de chuparse el dedo más allá de la infancia

El impacto no solo es estético. Chuparse el dedo durante años puede generar alteraciones funcionales como:

  • Mordida abierta anterior, donde los dientes frontales no se tocan al cerrar la boca.
  • Mordida cruzada posterior, que altera la alineación de los maxilares.
  • Deformidad del paladar, que puede afectar la respiración y el habla.
  • Problemas de pronunciación y úlceras bucales por la fricción constante.

Incluso, la Asociación Dental Americana sugiere el uso de protectores para el pulgar o terapias conductuales en niños que no logran dejar el hábito por sí solos.

Más allá de los dientes: construir hábitos saludables desde la infancia

Un estudio de la Fundación de Salud Oral reveló que más de la mitad de los adultos (51%) admiten haber descuidado su salud bucal en la niñez.
Esto nos recuerda algo fundamental: los buenos hábitos se construyen temprano.

Enseñar a los niños sobre el cepillado, la alimentación saludable y la visita regular al dentista no solo evita caries y maloclusiones; también fortalece su autoestima y confianza.
Una sonrisa sana les permite hablar, reír y relacionarse sin temor, y eso vale tanto como cualquier lección escolar.

Cómo acompañar a tu hijo para dejar el hábito

No se trata de castigar ni de asustar, sino de comprender y acompañar.
Algunos consejos útiles:

  • Habla con tu hijo sobre por qué es importante dejar el hábito.
  • Refuerza con elogios los momentos en que logra no chuparse el dedo.
  • Ofrece objetos alternativos para aliviar el estrés o el sueño, como peluches o cojines sensoriales.
  • Consulta con un especialista en odontología infantil si el hábito persiste. Existen dispositivos y técnicas suaves para ayudar en el proceso.

La infancia es el momento ideal para sembrar hábitos que perduren. Ayudar a tu hijo a dejar la succión del dedo es más que prevenir una maloclusión: es proteger su desarrollo, su bienestar y su confianza.

En Odontofas, nuestros especialistas en odontología acompañan a cada familia con empatía, educación y tratamientos personalizados, porque entendemos que detrás de cada sonrisa hay una historia que cuidar.✨ Recuerda: los buenos hábitos empiezan con amor y constancia.
Si notas que tu hijo sigue chupándose el dedo o presenta cambios en su mordida, no esperes más.
📞 Agenda una evaluación con Odontofas al 942 812 794 y ayúdanos a construir juntos una sonrisa sana y feliz desde la infancia.

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