Una copa de vino, una cerveza con amigos o un trago en una celebración… el alcohol forma parte de la vida social de muchas personas. Pero ¿sabías que su consumo frecuente también puede afectar tu salud bucal? En esta nota, te explicamos cómo y por qué, con un enfoque claro, humano y respaldado por la ciencia.
¿Qué pasa en tu boca cuando tomas alcohol?
Al consumir bebidas alcohólicas, no solo afecta al hígado o al cerebro: también impacta directamente en tu boca. Algunas bebidas son ácidas, otras tienen mucho azúcar, y casi todas alteran el equilibrio natural de la flora bucal.
1. Sequedad bucal
El alcohol reduce la producción de saliva. ¿Por qué es esto importante? Porque la saliva actúa como una defensa natural contra bacterias. Si hay menos saliva, tu boca queda más expuesta a la formación de placa, caries y mal aliento.
2. Caries y desgaste dental
Muchas bebidas alcohólicas, como los cócteles o vinos, contienen azúcares y ácidos. Estos elementos atacan el esmalte dental, debilitándolo poco a poco. Además, si tomas con frecuencia y no te cepillas después, las bacterias aprovechan esos restos para formar caries.
3. Manchas en los dientes
El vino tinto, algunas cervezas oscuras y licores con colorantes pueden manchar los dientes con el tiempo. Si además fumas, este efecto es aún mayor. El resultado: una sonrisa apagada y oscurecida.
4. Mayor riesgo de enfermedades en las encías
El consumo excesivo de alcohol está relacionado con un mayor riesgo de gingivitis y periodontitis. Las encías se inflaman, sangran y, si no se trata a tiempo, puede provocar la pérdida de dientes.
5. Riesgo de cáncer oral
Aunque no es algo que ocurra por una copa ocasional, el consumo crónico y elevado de alcohol está asociado con un mayor riesgo de cáncer en la cavidad oral. Este riesgo se multiplica si se combina con el consumo de tabaco.
¿Y si ya tengo implantes o prótesis?
El alcohol también puede afectar los tejidos alrededor de los implantes, dificultando su cicatrización y mantenimiento. En el caso de prótesis removibles, el exceso de alcohol puede irritar la mucosa bucal, generando molestias.
¿Qué puedes hacer?
- Modera tu consumo de alcohol.
- Acompaña cada bebida con agua para contrarrestar la sequedad bucal.
- No olvides cepillarte después de tomar, sobre todo si la bebida fue dulce o ácida.
- Visita a tu dentista cada 6 meses para detectar cualquier problema a tiempo.
Tomar alcohol de forma ocasional y moderada no implica un daño grave. Pero si es parte habitual de tu rutina, vale la pena estar informado.