¿Sabías que algunos materiales utilizados en tratamientos dentales pueden provocar reacciones alérgicas? Aunque no es algo común, cuando ocurre puede afectar seriamente tu comodidad y salud. Y lo más importante: muchas veces pasa desapercibido hasta que los síntomas ya están presentes. Por eso, si vas al dentista, es clave saber cómo identificar una posible alergia y qué hacer al respecto para recibir un tratamiento seguro.

¿Por qué pueden ocurrir alergias dentales?

Nuestro sistema inmunológico puede reaccionar frente a ciertos materiales que reconoce como extraños. Algunos de estos son usados habitualmente en odontología, y aunque la mayoría de personas no presenta problemas, hay quienes desarrollan reacciones adversas que van desde una ligera molestia hasta síntomas más complejos.

Materiales más comunes que pueden generar alergias

1. Metales

• Níquel: uno de los alérgenos más frecuentes, presente en algunas coronas o brackets.
• Cromo y mercurio: usados en amalgamas o estructuras metálicas. Aunque raras, las reacciones al mercurio son posibles.

2. Resinas y acrílicos

• Utilizados en empastes estéticos y prótesis removibles. Algunos de sus componentes pueden irritar la mucosa oral o causar estomatitis de contacto.

3. Látex

• Presente en guantes, diques de goma y otros instrumentos. En personas sensibles, puede generar desde picazón hasta reacciones más graves como dificultad para respirar.

4. Materiales de impresión

• Algunos compuestos usados para tomar moldes también pueden causar respuestas alérgicas.

¿Cómo se manifiestan estas alergias?

Los síntomas pueden variar según la persona, y presentarse de forma localizada o en todo el cuerpo:

• Enrojecimiento, inflamación o ardor en la boca.
• Aparición de llagas o úlceras.
• Picazón o sensibilidad inusual.
• Inflamación de labios o lengua.
• En casos más graves, pueden presentarse urticaria, dificultad para respirar o síntomas digestivos.

Diagnóstico: clave para actuar a tiempo

Detectar una alergia no siempre es sencillo, por eso es fundamental:

• Contar con una historia clínica completa.
• Realizar una evaluación minuciosa en consulta.
• En casos necesarios, derivar al paciente para pruebas específicas, como el «patch test» o pruebas de provocación.

¿Y si tengo alergia? Estas son las opciones

Si se confirma la alergia:

• Se debe sustituir el material por una alternativa hipoalergénica o biocompatible (como cerámicas sin metal).
• Puede indicarse tratamiento con antihistamínicos o corticoides para controlar la reacción.
• Es importante registrar la alergia en la historia clínica y alertar al equipo para futuros procedimientos.

Prevención: lo que puedes hacer como paciente

• Informa siempre a tu dentista si tienes antecedentes de alergia a materiales, metales o látex.
• Si sentiste molestias después de algún tratamiento, menciónalo.
• No tengas miedo de preguntar qué materiales se van a usar y si existen opciones más seguras.
• En procedimientos complejos, pueden realizarse pruebas previas para descartar alergias.

Las alergias a materiales dentales no deben ser una barrera para recibir un buen tratamiento. Con una comunicación abierta y una evaluación adecuada, es posible prevenir complicaciones y elegir opciones seguras para ti. Recuerda: una odontología segura también es una odontología informada. Y si tienes dudas, siempre es mejor preguntar. Tu salud está primero.