Para muchas personas, ir al dentista ya genera nervios. Pero cuando escuchan la palabra «anestesia«, el miedo se intensifica. Pensamientos como «y si no me hace efecto», «y si me duele» o «y si me quedo dormido para siempre» cruzan por la cabeza de más personas de las que imaginas.
La buena noticia es que hoy en día, los procedimientos odontológicos con anestesia son seguros, controlados y están diseñados para que no sientas dolor.
Entendiendo el miedo: ¿por qué nos asusta la anestesia?
En la mayoría de los casos, el temor viene de experiencias pasadas, mitos o simplemente el miedo a perder el control. Otros temen a la aguja, al pinchazo o a sentir que no podrán respirar bien. Pero entender cómo funciona la anestesia local puede ayudarte a sentirte más tranquilo.
Tipos de anestesia en odontología
- Anestesia local: Es la más común. Se aplica directamente en la encía o zona que se va a tratar. Solo adormece esa parte, no pierdes la conciencia.
- Sedación consciente: En algunos casos se utiliza para reducir la ansiedad. Te sentirás relajado, pero estarás despierto.
- Anestesia general: Rara vez se usa en odontología general. Se reserva para cirugías complejas o casos especiales.
Lo que sientes (y lo que no)
Cuando te aplican anestesia local, puedes sentir una pequeña presión o pinchazo, pero no dolor. En pocos segundos, esa parte de la boca queda dormida. Durante el procedimiento, el dentista monitorea tu comodidad todo el tiempo.
¿Es peligrosa la anestesia dental?
No. La anestesia local es extremadamente segura. Las dosis están calculadas para cada paciente y los odontólogos están entrenados para manejar cualquier situación. Si tienes antecedentes médicos importantes o alergias, simplemente informa antes del tratamiento.
Consejos si tienes miedo:
- Habla con tu dentista. Expresar tus temores ayuda a que el profesional te explique y te acompañe mejor.
- Pide que te expliquen el paso a paso antes de empezar.
- Practica respiración profunda para calmar la ansiedad.
- Si eres muy nervioso, consulta sobre la sedación consciente.
Conclusión
Tener miedo a la anestesia dental es más común de lo que crees, pero también es manejable. Lo más importante es que no dejes que ese miedo te impida cuidar tu salud bucal. Con buena información, apoyo profesional y confianza, puedes enfrentar el tratamiento con tranquilidad.
Recuerda: en el sillón del dentista, también puedes sentirte seguro.